Cuando se trata de elecciones
para presidente, Estados Unidos no se salva de la incertidumbre que traen
consigo sus candidatos.
Sea que se trate de México,
Brasil, Alemania, Argentina o Estados Unidos, los candidatos presidenciales
siempre son un tema del cual hablar. Y en la actualidad, para el gigante
capitalista se ha vuelto un tópico bastante más importante que para cualquier
otra nación.
La actual situación económica de
Estados Unidos ha traído consigo muchas especulaciones y cuestionamientos.
Sabemos que históricamente, este país ha jugado un papel fundamental para el
equilibrio y la estabilidad financiera de todo el mundo, y es por eso que
constantemente se encuentra en la mira crítica de analistas políticos y
económicos de todo el mundo.
Desde la recesión del 2008,
Estados Unidos no ha logrado cambios trascendentales en su política exterior y
monetaria. Sin querer, más que recuperar el ritmo de su economía, las
decisiones de sus dirigentes han traído consigo la contracción de sus indicadores
de crecimiento anual.
Para el 2012 se prevé un
crecimiento apenas por encima del 1%, lo cual compromete bastante la salud y la
solvencia de su economía, mientras que también pone en riesgo las actividades
comerciales entre ellos y el resto del mundo.
Desafortunadamente, para las
elecciones de este año, los estadounidenses no cuentan con un candidato
prometedor, que pueda resolver las necesidades con las que cuenta su país. Y es
por eso que el artículo menciona la necesidad que se tiene de un candidato imaginario.
Sin embargo, ni aunque se tuviera
una tercera opción, que contara con las características que podrían de hacer de
él un buen presidente, la situación de Estados Unidos cambiaría. Como en
México, el problema no está en el gobernante, sino en lo que hay detrás de él. Una
cámara senatorial que pocas veces se pone de acuerdo, un legislación que puede
muchas no se respeta y una minoría que puede detener el consenso de otros
muchos, son como siempre los obstáculos que ponen en riesgo el desarrollo y el
crecimiento de un país.
La solución para la problemática
de muchos países en la actualidad no está en las manos de la sola persona que
preside el poder, sino en el marco político que detiene tanto sus decisiones,
como la opinión y el voto de la gente.
Rodrigo H. Setién
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