El film Unthinkable sirve
como pre-texto para presentar la legislación internacional que prohíbe la
tortura, así como las leyes especiales promulgadas a partir de los atentados
del 11 de septiembre contra las torres gemelas. Asimismo se presentan la relación
compleja entre ley, estado de necesidad y estado de excepción, relación a
partir de la cual se dan las condiciones de excepcionalidad a las leyes que
prohíben la tortura desatada por la administración de Bush.
El ejército norteamericano tiene en su
poder a Steven Arthur Younger, un ex agente de la CIA, experto en explosivos
que dice haber ocultado tres bombas nucleares en distintas ciudades importantes
de los Estados Unidos. Las bombas van a explotar en cuarenta y ocho horas. Hay
elementos concretos para creerle, se ha convertido al islamismo, es experto en
explosivos y ha formado parte de misiones de observación de bases nucleares en
Rusia de donde recientemente han robado 18kilos de uranio… ¿Qué hacer para que
las bombas no estallen?
El dilema no parece ser si torturar o
no al prisionero para obtener la información que permita desactivar las bombas
ya que en la primera escena en la que lo vemos, ya está siendo torturado. El
dilema parece ser cómo torturarlo bien, es decir cómo torturarlo para que
brinde la información necesaria para encontrar las bombas nucleares a tiempo.
Henry Humphries, “H” (Samuel L.
Jackson) es un oficial del ejército de los Estados Unidos especializado en
interrogatorios/ tortura. A lo largo de la película somos testigos de las
distintas estrategias desplegadas por H para torturar al prisionero:
aislamiento, frío intenso, golpes, descargas eléctricas, asfixia, amputaciones…
Quien despliega un discurso retorico
contrario al de H es la Agente del FBI Hellen Brody, una investigadora
especializada en asuntos árabes. Será ella quien se opondrá desde el comienzo a
la tortura del prisionero; para ello apelará a la Convención contra la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, adoptada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1984 y puesta en vigor en el
año 1987; en el artículo 1 se define a la tortura como:
“todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una
persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin
de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla
por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o
coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier
tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos
por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones
públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se
considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia
únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a
éstas.”
Si nos regimos por la convención
contra la tortura la película presenta una violación inobjetable a los derechos
humanos. Ahora bien, en la teoría del derecho hay una figura jurídica que
complejiza la situación: el Estado de Necesidad (EN); se trata de una
figura jurídica que exime de responsabilidad penal. El EN se aplica en una
situación en la que se vulnera un bien jurídico con el objetivo de salvaguardar
otro de igual o mayor valor jurídico. A modo de ejemplo, se puede aplicar el EN
a un policía que mata a un ladrón en un tiroteo callejero, siempre y cuando se
demuestre que dicho enfrentamiento ponía en peligro la vida de otras personas.
En este contexto, la muerte del delincuente no es considerada un delito, ya que
el policía actuó bajo el Estado de Necesidad de salvaguardar la vida de muchas
otras personas.
En el caso de la
película, torturar al prisionero, a su mujer, e incluso a sus hijos, es
planteado como un mal menor a la muerte de cientos de ciudadanos
estadounidenses.
El tema remite a la era post-11S, al
caos y al terror, y también a la paranoia, que se ha apoderado de los EEUU
desde entonces, además de, por supuesto, referirse a los abusos contra supuestos
terroristas perpetrados en esa ratonera llamada Guantánamo. El terrorismo es un
tema global y no algo remoto que ocurre en países lejanos, eso lo sabemos desde
que derrumbaron las torres gemelas. Pero, ¿La forma de actuar de los países,
digamos, más civilizados que reconocen los derechos humanos más elementales es
la correcta? ¿Por qué en muchas, y demasiadas, ocasiones se recurre en secreto
a la tortura para obtener información sin tener en cuenta los derechos de la
persona que se tiene delante? ¿Por qué se tiende a esconder estos hechos como
si fueran algo malo a los ojos del resto de la humanidad?
El 26 de octubre de 2001 –apenas un
mes y medio después de los atentados contra el World Trade Center-, el senado
de los EEUU aprobó el USA Patriot Act, mediante el cual se permite
“poner bajo custodia” al extranjero sospechoso de poner en peligro la seguridad
nacional, pero en un plazo máximo de una semana se debía expulsar al prisionero
o debía ser acusado de violación de la ley de inmigración o de algún otro
delito. El 13 de noviembre de 2001, el presidente de los EEUU, autorizó la “indefinite
detention” y los procesos por parte de “military commissions” de
no-ciudadanos sospechosos de estar implicados en actividades terroristas.
“La novedad de la “orden” del presidente Bush es que
cancela radicalmente todo estatuto jurídico de un individuo, produciendo así un
ser jurídicamente innombrable e inclasificable. Los talibanes capturados en
Afganistán no sólo no gozan del estatuto de POW (Prisioner Of War) según
la convención de Ginebra, sino que ni siquiera del imputado por algún delito
según las leyes norteamericanas. Ni prisioneros ni acusados, sino solamente detenidos. Ellos son objeto de una
pura señoría de hecho, de una detención indefinida no sólo en el sentido
temporal, sino también en cuanto a su propia naturaleza, dado que ésta está del
todo sustraída a la ley y al control jurídico.
Younger no es un prisionero de guerra,
es simplemente un detenido, pura carne sin derechos ciudadanos. Es por eso que
cada vez que la agente Brody apela a normas jurídicas para detener la tortura
es rotundamente ignorada.
¿Lo impensable del
film es torturar a los hijos de Younger o es torturar de manera preventiva?
Un detalle menor,
pero que no hay que dejar pasar por alto, es el diseño del afiche publicitario
de la película. Sobre un fondo oscuro aparece la palabra “Unthinkable”. La
palabra “think” aparece en letras rojas, mientras que “Un… able” aparece en
letras blancas. Al estar sobre un fondo oscuro, una primera mirada permite leer
la palabra “Unable”, “incapaz”. El problema entonces, sería ser incapaz de
torturar de manera preventiva.
En el salón donde está ubicada la
cámara Gesell en la que se realizan las torturas hay un grupo de personas sentadas,
observando la sesión de tortura y tomando notas. El Coronel al mando de la
operación explica que se trata de un equipo interdisciplinario formado por
psicólogos y otros profesionales. Su misión consiste en cooperar con su saber
técnico para hacer más efectivo el interrogatorio.
Más allá de la ficción, es cierto que
el ejército de los EEUU cuenta con psicólogos que aportan su saber para
encontrar las estrategias que hagan más vulnerable a un prisionero a la hora de
interrogarlo. Muchas veces estos interrogatorios son simple y llanamente
sesiones de tortura.
Los Principios Éticos de los
Psicólogos y Código de Conducta
de la American Psychological Association (APA) toman posición clara en contra
de la tortura , sin embargo ante los escándalos suscitados por la
participación de profesionales de la salud en Guantánamo y Abu Grhaib, la APA
emitió un comunicado que prohíbe explícitamente la participación directa de
psiquiatras en esos centros de detención, creo el Presidential Task Force on
Psychological Ethics and National Security (PENS- Task Force), un comité
especial encargado de evaluar y expedirse sobre el tema.
El informe final del PENS- Task Force
condena la participación de los psicólogos en sesiones de tortura, sin embargo
avala la presencia estos en centros de detención que han sido severamente
cuestionados por organismos internacionales de Derechos Humanos. El informe del
PENS-Task Force señala que los:
“Psicólogos
tienen un rol importante en la protección de nuestra nación, otras naciones y civiles
inocentes del sufrimiento, lo cual exigirá ocasionalmente recopilar información
que se puede utilizar en la defensa de nuestra nación y de otras naciones.” Y concluye que “Es congruente con
los códigos de ética de la APA que los psicólogos sirvan como consultores en
los procesos de interrogación y la extracción de información para propósitos
relacionados con la seguridad nacional”.
Asimismo el informe de PENS-Task Force
ignora que los interrogatorios a los detenidos son ilegales, ya que se les niega
representación legal, son encarcelados indefinidamente sin condena efectiva,
son castigados con aislamiento si se niegan a cooperar.
Seis de los nueve miembros que
conformaron el comité encargado de evaluar las implicancias éticas de la
participación de los psicólogos en los interrogatorios eran militares u
oficiales del departamento de defensa.[1]
[1]
Asamblea General de la ONU. Convención
contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. En
http://www.acnur.org/biblioteca/pdf...
PENS- Task Force- APA (2005). Report
of the Presidential Task Force on Psychological Ethics and National Security.
En http://curezone.com/upload/PDF/PENS... Steiner, G (2000).- La barbarie de la ignorancia. Taller de Mario
Muchnik. Madrid.
Agamben, G (2004).- Estado de Excepción. Buenos
Aires. Adriana Hidalgo editora.
Blackwater: the rise of the world's most
powerful mercenary army. Jeremy Scahill. Editorial Nation
Books. Num págs.550 páginas
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