lunes, 30 de enero de 2012

UNTHINKABLE (ANALISIS)

“El día del juicio final” (Unthinkable) una muy buena película de Gregor Jordan (Buffalo Soldiers) con un elenco realmente impecable de la mano de Samuel Jackson, Carrie-Anne Moss (Trinity en Matrix) y Michael Sheen, este último con el papel de un ciudadano Americano convertido a musulmán que por su conocimiento en armas (formo parte del ejercito en oriente medio) logro robar material para armar tres bombas nucleares caseras y las coloca en tres ciudades estratégicas de los Estados Unidos. 
H (Samuel Jackson) es básicamente un torturador. Uno realmente bueno que aparentemente es convocado por el gobierno americano cada vez que tienen un interrogatorio ‘dicifil’. H intenta quebrar un Yousuff (Michael Sheen) completamente decidido a que millones de ciudadanos americanos mueran a menos que el gobierno acepte retirar todas sus tropas en oriente medio.

“El día del juicio final” se anima a plantear todos estos interrogantes, exponiendo claramente los motivos que podrían llevar a un fanático religioso a hacer una locura como ésta, y lo que es capaz de hacer un gobierno para impedirlo, sin dejar nunca de preguntar a la audiencia que posición tomaría. 
No hay margen para la duda, para el debate, para la objeción. Brody es un ser débil y endeble, representación del espectador, horrorizado con ‘H’, cuyos actos de creciente violencia (“impensables”, de ahí el título original de la película) siempre son la respuesta correcta. 

Por otro lado, el secretario de Defensa de Estados Unidos,  Donald Rumsfeld, dijo ante un comité del Senado que los abogados del Pentágono habían aprobado la aplicación en Irak de métodos de interrogatorio como la “gestión del sueño”, la “manipulación alimenticia” y las “posturas de tensión”. Las denominadas técnicas de “tensión y coacción” han sido denunciadas ampliamente por personas que estuvieron bajo custodia estadounidense en Afganistán y, en algunos casos, fueron trasladadas posteriormente a Guantánamo. 
Preguntado por el comité del Senado, Donald Rumsfeld dijo que “toda orden dada o toda medida autorizada por el Departamento de Defensa ha sido comprobada por los abogados” y se ha “considerado compatible con los Convenios de Ginebra”.
La organización de derechos humanos ha señalado que el Comité contra la Tortura, órgano de expertos establecido en virtud de la Convención contra la Tortura para vigilar su aplicación, ha manifestado expresamente que inmovilizar a los detenidos en posturas dolorosas, encapucharlos, amenazarlos e impedirles dormir son métodos de interrogatorio que incumplen la prohibición de la tortura y los tratos crueles, inhumanos o degradantes.
En los dos últimos años, las organizaciones de derechos humanos, incluida Amnistía Internacional, han expuesto este asunto en los más altos niveles de la administración estadounidense. 
“La administración estadounidense no ha comprendido todavía que los abusos y los malos tratos conducen directamente a la tortura y han de estar terminantemente prohibidos”, ha afirmado Amnistía Internacional, reiterando que la tortura está totalmente prohibida en todas las circunstancias, incluso en tiempos de guerra o emergencia.
“Es preciso permitir el acceso de observadores independientes a todos los centros de detención estadounidenses del mundo en los que se encuentren recluidas personas detenidas en el contexto de la ‘guerra contra el terror' y se deben investigar de manera independiente y rigurosa todas las denuncias de tortura y trato cruel.”

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